Comer mucho y no engordar genera curiosidad y, a veces, preocupación. Este fenómeno tiene raíces en la genética, el metabolismo y otros factores internos y externos que influyen en cómo el cuerpo procesa la energía.
El metabolismo es una de las principales razones. Una tasa metabólica basal alta permite quemar más calorías incluso en reposo. Pero no es el único elemento que explica esta condición.
Factores que influyen en poder comer más sin subir de peso
- Composición corporal: un mayor porcentaje de masa muscular aumenta el gasto calórico diario. El músculo consume más energía que la grasa incluso estando en reposo.
- Genética: algunos genes regulan la manera en que se almacena la grasa y cómo el organismo transforma los alimentos en energía.
- Actividad física inconsciente: caminar, gesticular o incluso mantener una postura activa durante el día incrementa el gasto energético sin que parezca ejercicio formal.
- Absorción intestinal: en ciertas personas, el intestino no absorbe todos los nutrientes, lo que reduce la cantidad de calorías aprovechadas por el cuerpo.
- Sistema hormonal: alteraciones en la tiroides, la insulina o la leptina pueden acelerar el metabolismo o modificar cómo el cuerpo percibe el hambre y la saciedad.
- Microbiota intestinal: la flora intestinal también influye en cómo se digieren los alimentos y en la forma en que el cuerpo almacena grasa.
Aun así, comer mucho y no engordar no siempre es sinónimo de salud. Puede haber grasa visceral elevada o deficiencias nutricionales que no son visibles a simple vista.
En el siguiente video encontrarás más información sobre por qué algunas personas pueden ingerir más calorías sin aumentar de peso y cómo identificar si hay riesgos ocultos.
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